Era jueves, 8 de Mayo
de 1884… y algo nuevo ocurrió en Antequera…
"Pocos fueron los que en ese día primaveral, observaron lo
que ocurrió; algunos lo entendieron, otros estuvieron atentos, e incluso,
ilusionados. Un entusiasmo sereno se vivió en la casa Nº 24 de la calle
Merecillas.
Examinan si algo falta, cierran los últimos paquetes, ir
y volver de la Victoria, ultimar y limpiar todo lo que se deja y que debe
entregarse a punto.
Carmen y sus tres primeras compañeras (Francisca Lizazu,
Ana Martínez y Josefa Rabaneda), dentro de poco darán un paso muy importante en el cumplimiento de sus anhelos.
Dolores
Sanz y su sobrina Gracia Sanz y Palop han llegado hasta el domicilio de calle
Merecillas, ensayo de colegio, que queda atrás, marcando un primer hito en la
historia de Madre Carmen. Las recién llegadas preguntan qué pueden hacer; se
ofrecen: si quedara algo, ellas lo podrían acabar más tarde; ahora acompañan al
primer grupo en el momento privilegiado
de la entrada oficial en el convento de la Victoria. Todas las Franciscanas de
los Sagrados Corazones que le seguirán, vivirán gozosas y emocionadas el
momento protagonizado por este primer grupo.
(…)
Josefa Rabaneda, que más tarde se llamará Madre Trinidad,
pasados 50 años del acontecimiento, relata con una emoción penetrada y hecha
vida cómo fue: "Entramos, al anochecer del día 8 de Mayo de 1884; M. Fundadora,
M. Patrocinio , Sor Francisca y yo. Al llegar, nos llevó directamente a la
capilla de San Francisco de Paula y nos arrodillamos las tres, quedando en pie
Madre Fundadora; y puesta en cruz con las manos sobre nuestras cabezas, nos
dijo: -Hijas mías, ¿me seréis fieles en la obra que vamos a comenzar?- Y todas,
con lágrimas en los ojos, llenas de grandísima emoción, nos quedamos
silenciosas, sin poder articular palabra alguna; ni era preciso, ya que lo
afirmativo de nuestra decisión lo veía ella en la fe con que seguíamos sus
pasos.
(…)
"En aquel momento, Carmen se dirigió a las allí presentes
y “estrechándolas entre sus brazos, hizo esta plegaria: "Jesús mío, no te pido
otra cosa, en esta noche tan memorable, sino que no se condene ninguna
religiosa de las que entren en este convento”.
Del libro: "Amor, humildad y Fortaleza. Madre Carmen del Niño Jesús".
Pidamos en este mes tan memorable, que el Señor toque el corazón de muchas jóvenes decididas a seguir las huellas de Madre Carmen, enseñando a los hombres a conocer y amar a Dios.